Sara Solomando, una extremeña en 'La casa de papel' - ASAEX
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Sara Solomando, una extremeña en ‘La casa de papel’

La conexión de la serie española más internacional no solo radica en el papel que desempeña Sara Solomando a la hora de documentar los capítulos. Esta periodista también aparece como reportera en los capítulos cuatro, cinco y seis. Son unos segundos en los que la comunicadora de Montánchez transmite en directo desde Nuevos Ministerios.

En pleno proceso creativo Álex Pina, el director de Vancouver Media y jefe de Sara, bromeó con ella sobre la posibilidad de incorporar a una periodista que se llamase Sara Solomando. La extremeña le siguió el juego pensando que no hablaba en serio. Seis meses después la llamaron para que se presentase al rodaje. «Fue muy divertido pero son muchas horas y mucha gente trabajando que depende de que tú te equivoques o no en una frase: figurantes, cámaras, actores… Es mucha responsabilidad», asegura.

Una parte de su trabajo tiene que ver con gestionar la comunicación de la productora, concertar entrevistas o atender a los medios. Pero otra gran parte tiene que ver con la documentación. Cuando los guionistas terminan de escribir la temporada, la primera persona que la recibe es ella, y dado que a menudo trabaja desde Mérida, cabe afirmar que el guion de ‘La casa de papel’ llega en primer lugar a la capital extremeña.

Solomando lo lee y vigila que no haya errores en la continuidad argumental y visual. Procura que sea lo más parecido posible a la realidad (teniendo en cuenta que es una serie de ficción). Para ello, tiene que leer, documentarse, indagar, hablar con profesionales… «Lo mismo te dicen que quieren pegarle un tiro a un personaje y que sangre mucho pero que no se muera hasta dentro de ocho horas-como pasó con Moscú en la segunda temporada-, que explotar una cámara acorazada dentro del agua, entre otras ideas peregrinas. Entonces tengo que llamar a médicos, ingenieros, traumatólogos… y contrastar bien qué pasaría realmente».

La directora de Comunicación de la productora comenzó a trabajar en este proyecto a principios de 2017. El creador de ‘La casa de papel’ y ‘El embarcadero’ quería crear una serie arriesgada, no apta para toda la familia, que es lo que venía haciendo anteriormente. El primer encargo que recibió la extremeña no fue nada anodino, pues tenía que averiguar cuánto dinero pueden fabricar en un día las máquinas de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre sin parar. «No se me ocurre otra cosa que llamar a la propia fábrica que, evidentemente, no me facilitó los datos. Pero al final una es periodista y sabe dónde tiene que ir. Conseguí hablar con tres trabajadores de la fábrica que no tenían conexión entre sí y me dieron la misma cifra», cuenta.

Pese a la enormidad de su primera tarea, confiesa que le resultó mucho más complicado conocer cómo convertir oro en granalla. «Tenía que averiguarlo sin contarle a la gente quién era ni dónde trabajaba debido a las cláusulas de confidencialidad que ya tenía la serie», expresa.

La evolución de ‘La casa de papel’ tras estrenarse en Netflix ha ido como un bólido. «En Antena 3 fue perdiendo espectadores y nos quedó una sensación agridulce porque estábamos convencidos de que merecía la pena». Por eso, todo lo que ha venido después les ha cogido de sorpresa. Ahora los atracadores del mono rojo y careta de Dalí son una especie de icono de la resistencia, un símbolo en cientos de países. «Está siendo una locura preciosa», reconoce.

Fuente: www.hoy.es
Fotografía: www.sinmordaza.com

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